Cuando el cartón ayudó a ganar una guerra

El cartón es un material muy maleable y que tiene muchas utilidades. Esto es algo comúnmente conocido. Lo que seguramente mucha gente desconoce es que el cartón jugó un destacado papel en uno de las mayores operaciones de engaño y distracción de la Segunda Guerra Mundial: la Operación Fortaleza.

Un realista cañón de cartón

En cuanto el ejército alemán ocupó Francia, los aliados tuvieron el convencimiento que tarde o temprano deberían desembarcar en el continente europeo con un ejército formidable. Para que este gran desembarco tuviera éxito era imprescindible que los alemanes no supieran dónde se iba a producir. A partir de este convencimiento se puso en marcha la Operación Fortaleza, y en ella el cartón jugó un papel destacado.

Los aliados crearon batallones falsos. El Ejército Fantasma era en realidad el 23rd Headquarters Special Troops, y estaba compuesto de unos 1.000 soldados. La mayoría de ellos fueron reclutados en escuelas de arte de Nueva York y Filadelfia, o a través de agencias de representantes. Eran arquitectos, diseñadores, pintores, actores, y especialistas en efectos especiales que pusieron todo su ingenio para derrotar al Tercer Reich. Intervinieron en más de 20 batallas cruciales, aunque no directamente. Pero su contribución fue esencial. Entre ellos también había algunos soldados de verdad para hacerlo todo más creíble.

Estos batallones se distribuyeron en diversos lugares  de la costa de Gran Bretaña. , Llenaron sus campamentos con carros de combate, cañones, vehículos o aviones  construidos todos ellos en cartón, madera y otros materiales. Incluso los llegaron a fabricar hinchables. Eran extraordinariamente realistas ya que su objetivo era engañar a los aviones de reconocimiento de la Luftwaffe. Como los carros de combate apenas pesaban se inventaron un sistema para dejar en el suelo huellas idénticas a las que dejaría uno real.

Hinchando un carro de combate

Para aumentar el engaño, movían periódicamente todos los artilugios, y para que semejara que era un convoy numeroso, emitían sonidos y efectos especiales grabados en Fort Knox, y que simulaban el ruido de unidades pesadas de infantería. Mediante unos  altavoces gigantescos provocaban que el “sonido” que producían los falsos carros de combate y el resto de vehículos se escuchase a más de 20 kilómetros.

No hace falta señalar que la Operación Fortaleza fue un completo éxito y que logró convencer al poderoso ejército alemán que el desembarco tendría lugar por el Paso de Calais, y no por Normandía que es lo que acabó sucediendo.

Un éxito al que contribuyó un modesto material como el cartón.