Que los gatos son animales juguetones es algo conocido. Que si les das una pelota o un ovillo de lana pueden pasar horas muy entretenidos también. Y que cuando logran tener una caja de cartón les gusta esconderse en su interior y pasarse horas dentro no digamos. Las cajas de cartón recicladas, tan útiles para tantas cosas son, para los gatos, un reclamo irresistible. Recientemente la ciencia le ha hallado una explicación a este fenómeno que no tiene nada de paranormal.
Cualquiera que tenga un gato sabe que regalarle una caja de cartón le puede hacer feliz.
Una primera explicación a este fenómeno es que son cómodas y en su interior se siente protegidos. Elena Carloni, etóloga de la Universidad de Bolonia, Italia, y una de las mayores expertas en gatos de Europa, ha realizado un estudio sobre el tema en refugios donde viven gatos pendientes de ser adoptados. Bajo estas circunstancias los animales se debilitan y su esperanza de vida se acorta.
Carloni observó que los grupos de gatos a los que se proporcionaban cajas de cartón reducían sensiblemente su estrés. Y no solo eso, sino que los gatos a los que había proporcionado una caja se adaptaban mucho más rápido a su nuevo hogar que a los que no. También se vio que eran menos agresivos y estaban mucho más interesados en actuar con seres humanos.
Según Carloni esto se explica porque los gatos, ante una situación de estrés, su primera reacción es retroceder y esconderse. “Las cajas –comenta- mejoran el espacio donde viven los gatos, bajan los niveles de corticoides relacionados con la ansiedad y mejoran la calidad de vida del felino”. Esto sucede también cuando un gato se encuentra con un congénere y quiere evitar problemas, retrocede y procura esconderse. “Las cajas de cartón mejoran así la relación de los distintos gatos que conviven en una casa: son un refugio individual en el que esconderse, olvidarse de los problemas externos y encontrar la privacidad que todo gato feliz necesita”, coincide la etóloga Claudia Vinke, de la Universidad de Utrecht.
A partir de ahora, cuando tengamos gatos y una caja de cartón a punto para reciclar, no dudemos en regalársela. Y si tenemos ganas y somos un poco manitas convirtamos antes la caja en un juguete para el animal. Podemos hacer agujeros, unir varias cajas mediante túneles, pintarlas con colores alegres. Las posibilidades que ofrecen las cajas de cartón son infinitas. Aprovechémoslas.