Enrique tenía que hacer unas obras importantes en su hogar. Una de las cosas que más le preocupaban es que tenía que mover casi todos los muebles de un sitio a otro y, por consiguiente vaciarlos. La tarea se le presentaba ardua.
Lo primero que hizo fue comprar cajas de cartón. No muy grandes para que, una vez llenas, no pesaran en exceso. Compró unas cuarenta cajas para no quedarse corto a media faena. También compró cinta para cerrarlas y hasta una máquina de encintar para ir más rápido.
A medida que llenaba las cajas, las etiquetaba para poder encontrar las cosas después. Sin prisa pero sin pausa fue montando y llenando cajas. “Parece mentira la cantidad de cosas que tengo en casa”, pensaba Enrique mientras una tras otra iba cerrando cajas ya llenas.
Enrique dedicó la única habitación de su vivienda en la que no se iba a hacer nada para ir apilando las cajas. Debajo las más pesadas y encima las más ligeras. Procurando que las etiquetas estuvieran a la vista. Cuando cerró la última de las cajas de cartón vio que tan solo le habían sobrado dos. “He tenido buena vista”, se dijo.
Ya con los muebles vacíos pudo empezar a moverlos para dejar espacio a los operarios que iban a ir a su casa. Tras un mes y medio de obras, con el piso ya limpio y los muebles en su sitio, empezó el proceso a la inversa. Poco a poco fue abriendo cajas y colocando lo que había en su interior en el lugar correspondiente. Esta tarea le llevó bastante más tiempo que lo que había tardado al principio.
Cuando finalizó se encontró con una cuarentena de cajas de cartón usadas. Enrique es una persona muy implicada en la sostenibilidad y en la lucha contra el cambio climático por lo que le sabía mal tirar las 40 cajas de cartón, aunque fuera al contenedor azul para su reciclaje.
Por ello mandó un Whatsapp a todos sus grupos y contactos: “Si alguien necesita cajas de cartón para una mudanza o para unas obras, regalo unas 40 que he usado yo en las obras de mi casa”. “Y si nadie me contesta -pensó- pondré un anuncio en Wallapop, porqué lo que no quiero es tirar al contenedor azul unas cajas que están prácticamente nuevas.