Las compras a través de Internet de todo tipo de productos no hacen más que aumentar. En paralelo los envíos de paquetería también crecen sin cesar.
El mundo está lleno de cajas de cartón moviéndose constantemente de un lugar a otro.
Los miles, millones de cajas, que cada día llegan a los hogares son en su mayoría de cartón. No en vano el cartón es un material inmejorable para realizar envíos. El cartón es económico, adaptable y reciclable, y además pesa poco y protege mucho. A menudo las cajas para los envíos no están fabricadas específicamente para contener el objeto que se debe enviar y estos resultan mucho más pequeños que la caja que los alberga. Otras veces contienen objetos frágiles que hay que proteger.
En estos casos las cajas de cartón deben ser rellenadas, ya sea para que no se rompa lo que haya en su interior o para que no baile en exceso durante el transporte. A menudo estos rellenos se han realizado utilizando los típicos plásticos de burbujas que, evidentemente protegen y rellenan, pero que, al no ser reciclables, no responden a las necesidades actuales y lo que no protegen es el medio ambiente.
Por ello es importante el papel. El papel es una alternativa, efectiva, útil y reciclable a los plásticos de burbujas. Muchas empresas, conscientes del problema que generan los plásticos, ya realizan sus envíos protegiéndolos con papel, con lo que el receptor puede reciclar por completo todo el embalaje.
Cartón y papel, papel y cartón, una buena pareja para el medio ambiente.